Pulir encimeras de granito no es una tarea complicada, pero sí requiere cierta dedicación y las herramientas adecuadas. Es importante contar con una pulidora eléctrica, que puede costar entre 50 y 300 euros, dependiendo de la calidad y las características. La potencia de la pulidora es crucial; una buena suele tener una potencia de al menos 800 vatios, lo que permite trabajar el granito de manera eficiente.
Primero, es necesario limpiar a fondo la superficie. Una solución de agua y jabón es suficiente para eliminar la suciedad y el polvo. Aquí no se puede escatimar tiempo; dedicar al menos 15 minutos a esta labor garantiza que el pulido será más efectivo. Después de la limpieza, la encimera debe secarse completamente antes de comenzar a pulir.
Para comenzar el pulido, se usan discos de lijado de grano grueso, como 50 o 100. Estos discos eliminan las imperfecciones mayores. Según datos de la empresa Toolstation, el uso de estos discos debe hacerse con movimientos circulares y sin ejercer demasiada presión. Cada pasada debe durar aproximadamente 20 segundos. Al finalizar esta etapa, se limpia nuevamente la superficie para retirar el polvo de granito.
Luego, se procede con discos de grano medio, como 200 o 400. Esta etapa suaviza las marcas dejadas por el lijado previo y comienza a darle brillo a la piedra. La tecnología de los discos hace que la pulidora alcance velocidades de hasta 3000 RPM, lo que incrementa la eficiencia del trabajo.
El paso final del pulido consiste en utilizar discos de grano fino, como 800 o 1500. Este es el momento en que el granito verdaderamente comienza a brillar. La sensación al pasar la mano sobre la superficie pulida es suave y lustrosa. Al usar estos discos, asegúrate de trabajar uniformemente para evitar áreas con brillo desigual.
Después de completar el pulido con los discos de grano fino, se aplica un sellador para granito. Este producto puede costar entre 20 y 50 euros, dependiendo de la marca y la cantidad. El sellador protege la encimera de manchas y daños causados por líquidos. Estos productos, como los recomendados por la revista Consumer Reports, tienen una vida útil de hasta 5 años, asegurando una protección duradera.
La aplicación del sellador es sencilla. Se vierte una pequeña cantidad sobre la superficie y se extiende con un paño limpio y seco. Hay que dejar que el sellador se absorba durante el tiempo indicado por el fabricante, generalmente alrededor de 15 a 30 minutos. Para finalizar, se elimina el exceso de producto con otro paño.
He tenido la oportunidad de pulir varias encimeras de granito y puedo afirmar que el resultado es siempre gratificante. Un buen pulido puede hacer que una encimera que parecía vieja y desgastada recupere su aspecto original, e incluso luzca mejor que cuando era nueva. La clave está en no apresurarse y seguir cada uno de los pasos de manera cuidadosa.
No debemos olvidar la importancia de la seguridad. El polvo de granito puede ser dañino si se inhala en grandes cantidades. Por eso, siempre utilizo una máscara protectora y unas gafas de seguridad. También es recomendable trabajar en un área bien ventilada.
Hoy en día, hay muchas opciones en el mercado que hacen que esta tarea sea más accesible. Por ejemplo, existen pulidoras que incluyen kits completos con todos los discos necesarios, cuyo precio puede rondar los 150 euros. Además, muchas tiendas online ofrecen tutoriales y guías que facilitan aún más el proceso.
En resumen, pulir una encimera de granito no solo mejora su aspecto, sino que también aumenta su durabilidad. Es una inversión que vale la pena, tanto en tiempo como en recursos. Si quieres saber más sobre encimeras de granito y cómo mantenerlas en perfecto estado, te recomiendo visitar encimera granito.